No hay nadie más indicado que Galo Cantillana para hablarnos de la natación en la UC y su evolución a lo largo del tiempo. Más de 30 años trabajando en la natación, comenzando por el CDUC y luego en la PUC. En esta entrevista Galo nos habla de sus inicios, su experiencia como profesor y entrenador, y de cómo ha visto cambiar la natación durante todos estos años.
¿Qué carrera estudiaste, dónde y en qué año?
Estudié la carrera de Pedagogía en Educación Física en la Universidad de Chile entre los años 1970 y 1974.
Inicialmente, ¿Cómo te acercaste a la natación?
En el verano 1972-73 comencé a trabajar en la Escuela de Natación del Club Deportivo Universidad Católica. Luego de eso, el año 1973 tuve la suerte que me llamaran a reemplazar a un entrenador del mismo club, y comencé a entrenar los equipos de menores desde los 7 hasta los 12 años, formando equipo técnico con dos entrenadores más, uno de ellos Ariel Contreras, fue mi guía en cuanto a aprendizaje, pues él había hecho cursos en USA con un afamado entrenador de la época, James Counsilman, entrenador de Mark Spitz y otros secuaces.
¿Cómo y cuándo llegaste a la PUC?
En la PUC comencé el año 1977 al 2º semestre. Simultáneamente trabajaba como entrenador de la rama del club y hacía las clases y entrenamientos con la selección de la PUC. Este trabajo paralelo sólo me duró hasta 1981, año que dejé la rama del club UC. Hice varios cursos para técnicos tanto en Chile como en el extranjero. Incluso el año 1980 la PUC me envió a un “stage” al Club Pinheiros de Sao Paulo por un mes en febrero, donde tenían nadadores clasificados a Moscú 80.
¿Cómo funcionaba en esa época la natación universitaria?
Teníamos una organización que se llamaba AMUN, Asociación Metropolitana Universitaria de Natación, y agrupaba a todas las casas de estudio de CONAUDE de la Región Metropolitana. Eran las mismas 5 de ahora y éramos amigos, además todos entrenábamos en clubes. Nos reuníamos para organizar campeonatos y los que teníamos piscina partíamos cada semestre con un campeonato de invitación metropolitano y luego las que no tenían piscina hacían el esfuerzo y también organizaban sus torneos.
Yo fui Presidente de AMUN varios años. Como era amigo del dueño del Lomitón me conseguía premios especiales canjeables por dos combos en el Lomitón y este premio se lo ganaban los tres primeros lugares de cada prueba. Los nadadores ganadores preferían este premio a las
medallas.
Como éramos pocas universidades, no nos costaba ponernos de acuerdo y los encargados siempre hemos sido fanáticos. Había torneos que los hacíamos por teléfono. Yo llamaba a Besoain de la USACH y este llamaba a Buguñá de la UMCE, nos poníamos de acuerdo en la piscina la fecha y la hora, y listo.
Cuando proyectábamos la natación universitaria buscábamos la masificación, y decidimos dividirla en dos categorías, por diferencia de marcas según puntaje de tabla alemana, entonces cortamos en un determinado puntaje la separación de las categorías. Finalmente esto no dio buen resultado, pues los nadadores que estaban al límite superior de la categoría inferior no trataban de progresar sus marcas pues pasaban a ser colistas de la 1ª categoría.
Todo esto lo corregimos determinando dos categorías, pero esta vez en: federados y no federados. Y así continuamos marchando sin problemas.
¿Cómo ha cambiado lo anterior desde esos años hasta la actualidad?
No alcancé a vivir la época en que se temperó la piscina de afuera (33mts de verano), incluso en los primeros años en que todavía no teníamos la de 25 metros temperada entrenábamos en invierno en la “Catedral de la Natación de Santiago”, la Piscina Escolar. Imagínense todos los clubes de natación de Santiago entrenando en invierno en una piscina de 6 pistas originales, luego le achicaron las pistas y quedó con 7, porque el “monopolio” era fuerte.
Ahí teníamos que cumplir los horarios al pie del reloj, y jamás se podía ocupar más de las pistas que tenías arrendadas, o te llegaba la presión inmediatamente, Había personas encargadas especialmente de eso y funcionaban justo al cambio de hora. No faltaban las discusiones entre los técnicos; muchas veces el agua estaba realmente baja de temperatura, los reclamos llovían, o no había agua temperada en la duchas.
Creo que ya eso marca una gran diferencia de cómo estamos hoy en la gran piscina de la PUC.
En todos estos años, ¿Alguna anécdota que quisieras compartir?
He visto mejorar el nivel de natación en Chile. En los primeros años que comencé mis clases de créditos en 1977 de un curso de 25 alumnos había un 20% que no sabía lo más mínimo de nadar. Al pasar de los años ese porcentaje ha disminuido notablemente, ahora prácticamente el 99% de los alumnos que toman los cursos de créditos por primera vez ya tienen nociones de la técnica. Esto debido fundamentalmente a los programas de enseñanza de la natación a nivel nacional implementados por la DIGEDER en las diferentes comunas del país.
Alguna anécdota recordable. Tuve un alumno que llegó a clases del día lunes a agradecerme que le salvé la vida. Habíamos comenzado el curso hacía tres semanas, en ese tiempo sólo dos clases a la semana, estuvo el fin de semana en la playa, estaba leyendo sobre una roca y una ola lo hizo caer al agua, sólo se quedó flotando de espalda hasta que lo fueron a sacar. (Hasta el momento sólo había aprendido a flotar de espalda).
Otra anécdota para mí muy sabrosa era cuando mis pequeños nadadores del club llegaban a la PUC a estudiar y nuevamente entrenaban conmigo, lo que siempre fue muy agradable.
¿Qué cambió con la llegada de la piscina al campus San Joaquín?
Primero que nada quiero felicitar a los que eligieron la ubicación de la piscina, pues en esa posición desaparecieron un montón de aficionados a la marihuana y otras yerbas.
Lo más importante entre otras muchas cosas es que cuando la piscina apareció simultáneamente aparecieron varios ex nadadores de diversas carreras que quisieron volver a nadar. Así fue como el año 2005 por primera vez tuve que seleccionar los dos mejores nadadores para cada prueba del programa del nacional. Y volvimos a ser campeones en damas y en varones.
Espero poder celebrar con el equipo el penta campeonato consecutivo, así como una vez lo hice en mi casa con un 
memorable equipo donde estaban Adriano Venturi, Claudia Dagnino, Karen Moenne, Gerardo Moenne, Flavio Zechetto, Nicolás Glasinovic, Alejandro Carbonell, Claudia Carbonell, Natalie Bobroff, Manuel Sereño, y otros que se me escapan.
Los cursos de créditos deportivos de natación parecen ser muy atractivos para los alumnos en general, ¿Por qué?
Ahora y siempre la natación ha sido atractiva en la Universidad, más si te la ofrecen con buenos profesores y en un excelente recinto, temperado, gratis y con nota que te ayuda al promedio de los demás ramos.
Ha sido importante la transmisión de boca en boca con respecto a mis cursos, no deja de ser notable la cantidad de alumnos que toman el curso recomendados por compañeros.
Cuando tuvimos que hacer las clases en el Estadio Italiano por la construcción de la piscina en Santa Rosa igual teníamos la clientela completa, a pesar de la distancia, fueron solo tres semestres.
El interés fundamental para los alumnos es el hecho de aprender una técnica deportiva bien, y disfrutar de un deporte, sin complicaciones. Si tuviéramos la posibilidad de dictar cursos de esquiar la gente también los tomaría con mucho interés, como era cuando se dictaban. Los alumnos saben que en verano van a descubrir un mundo nuevo sabiendo nadar, así también en invierno sabiendo esquiar.
¿Cómo ves el interés de los alumnos de la Universidad por practicar actividades deportivas más allá de un afán recreativo?
Creo que el interés de los alumnos pasa por el hecho de aprender bien las técnicas del deporte y superar niveles ya alcanzados. Por experiencia de este semestre, algunos alumnos que nunca habían nadado se descubren como posible buenos nadadores e inmediatamente muestran interés en ingresar a la selección. El Campeonato de Intercréditos ayuda mucho a descubrir “talentos”. Este tipo de actividades también se debiera realizar en otros cursos.
¿Cómo ves a nuestro equipo y qué es lo que más rescatarías de él?
Lo que más rescataría sería el grupo humano, por su calidad, entrega y compromiso al esfuerzo para mejorar dentro de un ambiente tan competitivo, como es la Universidad. Los valores que estos muchachos adquieren con esta disciplina les va a rendir beneficios hasta muy avanzada la vida. Ya varios que han empezado entrenando la natación desde muy chico están en este momento cosechando frutos muy valiosos.
Por último, un mensaje para el equipo
Sobre lo mismo anterior, sigan trabajando de esta manera y buscando metas más altas para llegar hasta donde ustedes quieran. Nuestro equipo debe ser siempre imparable en la piscina. Ahora tienen a dos buenos nuevos entrenadores jóvenes.
Me tuve que retirar por motivos de tiempo, pero creo que lo hice en un buen momento. Siempre los consideré como unos privilegiados donde fuera, y traté de darles lo mejor que pude. Hay grandes valores dentro del grupo, ojalá renueven energías algunos que están un poco desanimados y continúen adelante durante el resto de sus carreras que es la mejor época de la vida, más todavía si se pertenece a una selección del deporte que siempre han sabido abrazar.
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Saludos de Galo.
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Gracias Galo.
